Efectos potenciales del trauma

Náuseas físicas
Temblores
Escalofríos o sudoración
Falta de coordinación
Palpitaciones del corazón o dolores en el pecho
Presión arterial alta
Alteraciones del sueño
Malestar estomacal
Mareos
Pérdida de apetito
Respuestas de sobresalto

Cualquiera puede convertirse en víctima de un delito. Si le sucede a usted o a alguien que ama, aquí tiene algunos puntos importantes que debe considerar:

Ser víctima de un delito puede ser una experiencia muy difícil, traumática y estresante. Si bien la mayoría de las personas son resilientes por naturaleza y con el tiempo encontrarán formas de afrontarlo y adaptarse, un trauma puede tener una amplia gama de secuelas.

Una persona puede experimentar muchos de los efectos, algunos o ninguno en absoluto. No todos tienen la misma reacción. En algunas personas la reacción puede tardar días, semanas o incluso meses. Algunas víctimas pueden pensar que se están “volviendo locas” cuando tienen una reacción normal ante un evento anormal.

Volver a la normalidad puede ser un proceso difícil después de una experiencia personal de este tipo, especialmente para las víctimas de delitos violentos y las familias de víctimas de asesinato. Aprender a comprender puede ayudar a las víctimas a afrontar mejor lo sucedido.

Es posible que las víctimas necesiten ayuda de amigos, familiares, un miembro del clero, un consejero o un profesional de asistencia a víctimas.

Afrontando la victimización por delitos

Algunas personas que han sido víctimas de un delito pueden experimentar algunos de los síntomas que a continuación se describen. Busque atención médica y psicológica si los síntomas persisten.

Ansiedad emocional
Miedo
Culpa
Pena
Depresión
Tristeza
Ira
Irritabilidad
Sentirse perdido, abandonado y aislado
Deseo de retirarse o esconderse

Pensamiento lento
Confusión
Desorientación
Problemas de memoria
Recuerdos intrusivos o flashbacks
Pesadillas
Incapacidad para concentrarse
Dificultad para tomar decisiones

Consejos para afrontar la situación:

Estas son algunas sugerencias que pueden ayudarle a afrontar el trauma o la pérdida:

Encuentre a alguien con quien hablar sobre cómo se siente y por lo que está pasando. Mantenga cerca el número de teléfono de un buen amigo para llamarlo cuando se sienta abrumado o en pánico.

Permítase sentir el dolor. No durará para siempre.

Pase tiempo con los demás, pero tómese un tiempo para estar a solas.

Cuide su mente y su cuerpo. Descanse, duerma e ingiera comidas saludables con regularidad.

Restablezca una rutina normal lo antes posible, pero no se exceda.

Tome decisiones diarias, le ayudarán a recuperar la sensación de control sobre su vida.

Haga ejercicio —previa consulta médica— aunque no en exceso, y alterne con periodos de relajación.

Realice las tareas diarias con cuidado. Es más probable que ocurran accidentes después de un estrés severo.

Recuerde las cosas que le ayudaron a afrontar los momentos difíciles y las pérdidas del pasado y piense en las cosas que le dan esperanza. Acude a ellos en los días malos.

Sus emociones necesitan ser expresadas. Trate de no reprimirlas.

Para algunas víctimas y familiares de víctimas, la vida cambia para siempre. La vida puede parecer vacía y hueca. La vida ya no “significa” lo que solía ser. Parte de afrontar y adaptarse es redefinir el futuro. Lo que antes parecía importante puede no serlo ahora. Muchas víctimas encuentran un nuevo significado a sus vidas como resultado de su experiencia. Es importante recordar que el dolor emocional no es interminable y que con el tiempo se aliviará. Es imposible deshacer lo sucedido, pero la vida puede volver a ser buena con el tiempo.

Familiares y amigos de una víctima de un delito:

Escuche con atención y cuidadosamente.

Pase tiempo con la víctima.

Ofrezca su ayuda, incluso si no se la han pedido.

Ayude con las tareas cotidianas como limpiar, cocinar, cuidar a la familia, cuidar a los niños.

Deles tiempo privado.

No se tome su enojo u otros sentimientos como algo personal.

No les diga que tienen “suerte de que no haya sido peor”; las personas traumatizadas no se consuelan con tales declaraciones.

Dígales que lamenta que les haya ocurrido tal evento y que desea comprenderlos y ayudarlos.